El acento o las variedades lingüísticas son, sin duda, algunos de los temas más controvertidos en el mundo de la interpretación. Más de una vez me he tomado un café (o dos) mientras discutía con mis compañeros de carrera y amigos cuál era la importancia del acento para una carrera profesional en la interpretación.
Durante los primeros años de carrera, esto no me preocupaba. Soy canaria y tengo un acento particular, o como muchos lo describen, un acento a caballo entre Europa y Sudamérica. Con el paso de los años, me fui dando cuenta, como todo estudiante, de que hay aspectos que no parecen tener importancia en un primer momento pero que cobran protagonismo conforme avanzamos en nuestra trayectoria universitaria y profesional. Una de las anécdotas que más me aclararon cuál era la importancia que tenía el acento en la profesión del intérprete tuvo lugar durante mi año Erasmus en París. Durante ese año, cursé una asignatura llamada «Interpretación de enlace» en la que interpretábamos del francés al español y viceversa. Era una clase práctica y la profesora imponía mucho respeto. Era exigente y muy sincera con sus estudiantes. En una de estas clases, me tocó interpretar. Como se trata de una conversación, tuve que hacerlo de manera directa e inversa. Terminada mi interpretación, la profesora me hizo algunos comentarios para valorar mi actuación. Uno de ellos me sorprendió por su sinceridad y su poco tacto a la hora de lanzarlo indiscriminadamente. Sus palabras textuales fueron: «Tu francés está muy bien, es muy correcto. Pero ese acento tienes que neutralizarlo. Es como si un francés interpretase con el acento de Marsella. Todos nos reiríamos». La interpretación siempre ha sido mi punto débil y el hecho de que una profesora despreciase mi actuación por un detalle que yo creía ínfimo, me dolió.
El hecho de que el español sea un idioma extendido propicia las variedades diatópicas y la distancia geográfica existente entre los países hispanohablantes dificulta la homogeneización de una lengua que abarca un territorio muy grande. A pesar de ello, existe lo que llamamos el «español estándar». La Real Academia Española explicita en el Diccionario panhispánico de dudas que esta institución vela por el uso correcto del español pero matizando que:
«Debe tenerse siempre en cuenta que el empleo de una determinada forma de expresión resultará más o menos aceptable dependiendo de distintos factores. Así, las variedades regionales tienen su ámbito propio de uso, pero resultan anómalas fuera de sus límites. Muchos modos de expresión que no son aceptables en la comunicación formal, sea escrita u oral, se juzgan perfectamente normales en la conversación coloquial, más espontánea […]»
Ahondando un poco en este tema y buscando una opinión más profesional y más específica en el campo de la interpretación, me topé con este estudio publicado en la web de la AIIC (Véase el enlace al final de la entrada). En él se realiza un estudio sobre los aspectos de calidad en la interpretación. Uno de ellos es el acento nativo. Curiosamente, en este estudio, la importancia que dieron los usuarios al acento nativo fue de un 11%. Todo ello especificando que la idea de «acento nativo» se opone a la de «acento no materno».
A pesar de toda esta información, no termina de quedarme clara cuál es la implicación profesional del acento en la vida de un intérprete y si esta característica es determinante o no en la calidad de la interpretación. Es un tema interesante en el que seguiré trabajando, puesto que me interesa saber si existen limitaciones ligadas a las variedades diatópicas.
Todo este interés lo suscita una gran profesora que me hizo reflexionar a la que mando un saludo desde aquí (si es que algún día lee esta entrada). Le agradezco el haber despertado mi curiosidad y mis ganas de saber más sobre este tema. De paso y para aliviar el picor producido por la picadura del insecto acento, aprovecho para despedirme con un vídeo muy acorde con esta entrada.
¡Un saludo y hasta la próxima entrada!
Estudio consultado: Algunas consideraciones sobre calidad en interpretación (Kahane)
http://aiic.net/page/198/algunas-consideraciones-sobre-calidad-en-interpretacion