Es difícil calcular la dimensión de una lengua, muchas veces por la cantidad de variantes y de zonas en las que esta se habla. Es complicado, en la mayoría de los casos, intentar cercar de alguna manera los límites de un idioma y saber cuáles son exactamente sus implicaciones y usos según sus hablantes. El español es el marco ideal para estas dos ideas, dada la extensión a la que se ha visto sometido y a la cantidad de hablantes que posee.
Como canaria que soy, tengo muy claro que el español no es una lengua limitada al castellano como tal y que, hoy en día, es casi imposible hablar de español estándar. Las variantes del español se cuentan por cientos, y son estas las que enriquecen nuestra lengua.
Antes de venir a California, tuve el placer de leer el libro de María Dueñas titulado «Misión olvido». Leí con gran interés y entusiasmo las páginas de un libro que abría ante mí una parte de la historia que yo iba a poder palpar más adelante. Reconozco que el hecho de estar a punto de venir a California influyó en la manera en la que bebí y disfruté los pasajes dedicados a las misiones y a los resquicios de la historia que me incumbían en un futuro cercano. Ya en California, descubro muchos rincones y partes que huelen a España y a conquista. San Diego, situado muy cerca de la frontera con México, aún desprende el aroma español, confundido entre el olor a tortillas y enchiladas. Puedo percibir notas de tierra que un día fue pisada por quienes decidieron aventurarse más allá. Muchos de esos aventureros fueron antepasados nuestros, españoles y españoles que cruzaban medio mundo para emprender una nueva vida lejos de Europa.
No sólo puedo sentirlo, sino que puedo escuchar el español, vibrante como nunca, mezclado y teñido, pero español, pero lengua, pero idioma. Los que hablamos el español nos encontramos muchas veces discutiendo o debatiendo sobre cuál es la variedad más correcta o los términos más adecuados o los acentos que mejor nos suenan, pasando a embarcarnos en discusiones sin fin y en disputas absurdas sobre una lengua tan rica y tan hermosa.
Las maravillas de un idioma que parece extender sus brazos cada vez más lejos son incalculables. Me embriaga la sensación de estar en casa siempre. Incluso en un lugar alejado de mi patria a los que muchos llamaron un día «hogar».
Para más información sobre este tema, dejo el enlace a uno de los documentales de TVE:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/espana-estuvo-alli/espana-estuvo-alli-espanoles-costa-del-pacifico-antes-1607/2443047/